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martes, 11 de abril de 2017

PAPA FRANCISCO: EL CATÓLICO DEBE OFRECER A LOS DEMÁS LA MEDICINA DEL AMOR


Papa Francisco: El católico debe ofrecer a los demás la medicina del amor
Por Álvaro de Juana
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




VATICANO, 11 Abr. 17 / 04:25 am (ACI).- El Papa Francisco se encontró en el Vaticano con un grupo de niños y jóvenes del Hospital Pediátrico “Bambino Gesù” de Roma, junto a sus padres y médicos, y afirmó que el católico debe dar a los demás una medicina importante: el amor.

“Cada uno de vosotros es una historia. No solo los niños enfermos, sino también los médicos, los enfermeros, los que visitan, las familias”, dijo el Papa al saludarlos.


“Entrar en un hospital da siempre miedo. Yo veo que cuando me acerco a algunos niños, no todos, pero sí algunos, pequeños, que me ven de blanco, comienzan a llorar, piensan que soy el médico que les va a poner una vacuna, y lloran y tienen miedo, pero después les hago dos caricias y se tranquilizan”.

Francisco advirtió del peligro y del riesgo “de olvidar la medicina más importante que solo una familia puede dar: ¡las caricias!”. “Es una medicina demasiado cara, porque tenerla, para poderla tener debes darlo todo, debes poner todo el corazón, todo el amor”.

En este sentido, “vosotros tenéis las caricias de los médicos, de los enfermos, de la directora, de todos”. Este hospital “en los últimos tiempos ha crecido mucho y se ha convertido en una familia. El niño, el enfermo allí encuentra una familia”.

El “Bambino Gesù” es “un testimonio, un testimonio humano. Es un hospital católico y para ser católico antes de nada uno debe ser humano, y vosotros hoy dais un testimonio humano”.

“Por favor, id adelante siempre en este camino, creced en este camino”. “¿Qué es más importante en una familia? La madre, el padre, los hermanos mayores, los abuelos, los niños… cada uno es más importante, y vosotros sois todos importantes, pero siempre unidos”. 

lunes, 10 de abril de 2017

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LA MISA DE DOMINGO DE RAMOS


TEXTO COMPLETO: Homilía del Papa Francisco en la Misa del Domingo de Ramos
 Foto: Lucía Ballester (ACI Prensa)



VATICANO, 09 Abr. 17 / 07:43 am (ACI).- El Papa Francisco presidió la celebración de la Misa del Domingo de Ramos, o Domingo de Pasión, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. El Santo Padre animó a los cristianos a seguir a Jesús y a llevar la cruz con paciencia, sin rechazarla.

A continuación el texto completo de la homilía:


Esta celebración tiene como un doble sabor, dulce y amargo, es alegre y dolorosa, porque en ella celebramos la entrada del Señor en Jerusalén, aclamado por sus discípulos como rey, al mismo tiempo que se proclama solemnemente el relato del evangelio sobre su pasión. Por eso nuestro corazón siente ese doloroso contraste y experimenta en cierta medida lo que Jesús sintió en su corazón en ese día, el día en que se regocijó con sus amigos y lloró sobre Jerusalén.


Desde hace 32 años la dimensión gozosa de este domingo se ha enriquecido con la fiesta de los jóvenes: La Jornada Mundial de la Juventud, que este año se celebra en ámbito diocesano, pero que en esta plaza vivirá dentro de poco un momento intenso, de horizontes abiertos, cuando los jóvenes de Cracovia entreguen la Cruz a los jóvenes de Panamá.

El Evangelio que se ha proclamado antes de la procesión (cf. Mt 21,1-11) describe a Jesús bajando del monte de los Olivos montado en una borrica, que nadie había montado nunca; se hace hincapié en el entusiasmo de los discípulos, que acompañan al Maestro con aclamaciones festivas; y podemos imaginarnos con razón cómo los muchachos y jóvenes de la ciudad se dejaron contagiar de este ambiente, uniéndose al cortejo con sus gritos. Jesús mismo ve en esta alegre bienvenida una fuerza irresistible querida por Dios, y a los fariseos escandalizados les responde: ‘Os digo que, si estos callan, gritarán las piedras’ (Lc 19,40).

Pero este Jesús, que justamente según las Escrituras entra de esa manera en la Ciudad Santa, no es un iluso que siembra falsas ilusiones, un profeta ‘new age’, un vendedor de humo, todo lo contrario: es un Mesías bien definido, con la fisonomía concreta del siervo, el siervo de Dios y del hombre que va a la pasión; es el gran Paciente del dolor humano.

Así, al mismo tiempo que también nosotros festejamos a nuestro Rey, pensamos en el sufrimiento que él tendrá que sufrir en esta Semana. Pensamos en las calumnias, los ultrajes, los engaños, las traiciones, el abandono, el juicio inicuo, los golpes, los azotes, la corona de espinas..., y en definitiva al via crucis, hasta la crucifixión.

Él lo dijo claramente a sus discípulos: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga’ (Mt 16,24). Él nunca prometió honores y triunfos. Los Evangelios son muy claros. Siempre advirtió a sus amigos que el camino era ese, y que la victoria final pasaría a través de la pasión y de la cruz. Y lo mismo vale para nosotros. Para seguir fielmente a Jesús, pedimos la gracia de hacerlo no de palabra sino con los hechos, y de llevar nuestra cruz con paciencia, de no rechazarla, ni deshacerse de ella, sino que, mirándolo a Él, aceptémosla y llevémosla día a día.

Y este Jesús, que acepta que lo aclamen aun sabiendo que le espera el ‘crucifícalo’, no nos pide que lo contemplemos sólo en los cuadros o en las fotografías, o incluso en los vídeos que circulan por la red. No. Él está presente en muchos de nuestros hermanos y hermanas que hoy, hoy sufren como Él, sufren a causa de un trabajo esclavo, sufren por los dramas familiares, por las enfermedades... Sufren a causa de la guerra y del terrorismo, por culpa de los intereses que mueven las armas y dañan con ellas. Hombres y mujeres engañados, pisoteados en su dignidad, descartados... Jesús está en ellos, en cada uno de ellos, y con ese rostro desfigurado, con esa voz rota pide que se le mire, que se le reconozca, que se le ame

No es otro Jesús: es el mismo que entró en Jerusalén en medio de un ondear de ramos de palmas y de olivos. Es el mismo que fue clavado en la cruz y murió entre dos malhechores. No tenemos otro Señor fuera de él: Jesús, humilde Rey de justicia, de misericordia y de paz.

jueves, 6 de abril de 2017

PAPA FRANCISCO PONE A TODOS ESTA TAREA PARA CONOCER LA FIDELIDAD DE DIOS


Papa Francisco pone a todos esta tarea para conocer la fidelidad de Dios
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 06 Abr. 17 / 05:40 am (ACI).- El Papa Francisco habló esta vez en su homilía de la mañana de la alianza de Dios con Abraham: recordó que su vida es la historia de todo hombre y propuso una tarea a todos los fieles.

“Os invito a tomar, hoy, cinco minutos, diez minutos, sentados, sin radio, sin TV; sentados, y pensar en la propia historia: las bendiciones y los problemas, todos. Las gracias y los pecados: todo. Y mirar allí la fidelidad de que Dios ha sido fiel a su alianza, ha sido fiel a la promesa que había hecho a Abraham, ha sido fiel a la salvación que había prometido a su Hijo Jesús”.


En la homilía, el Pontífice comentó las lecturas del día y recordó que Abraham había perdido la esperanza en tener descendencia por su avanzada edad y porque su mujer era estéril. “Si alguno buscase hacer la descripción de la vida Abraham podría decir: 'éste es un soñador’”.


“Fue probado, y después de haber tenido el hijo, siendo un adolescente, le piden ofrecerlo en sacrificio: obedeció y fue adelante contra toda esperanza. Y este es nuestro padre Abraham, que va adelante, adelante, adelante, y cuando Jesús dice que Abraham vio su día, vio a Jesús, se llenó de alegría. Sí: vio la promesa y se alegró de ver la plenitud de la promesa de la alianza, la alegría de ver que Dios no lo había engañado, que Dios es siempre fiel a su alianza”.

La promesa de Dios consistía en “hacerlo padre de una multitud de naciones”. “No te llamarás más Abram sino Abraham” y nosotros hoy “podemos decir”: “soy una de esas estrellas. Soy un granito de arena”.

Francisco invitó entonces a mirar “nuestras raíces”, “nuestro padre” que “nos ha hecho pueblo, un cielo lleno de estrellas, playas llenas de granos de arena”.

“Mirar la historia: no estoy solo, soy un pueblo. Vamos juntos. La Iglesia es un pueblo. Pero un pueblo pensado por Dios, un pueblo que ha dado un padre sobre la tierra que obedeció, y tenemos un hermano que ha dado su vida por nosotros, para hacernos pueblo. Y así podemos mirar al Padre, darle gracias; mirar a Jesús, ser agradecidos; y mirar a Abraham y a nosotros, que somos parte del camino”.

Al concluir, el Pontífice dijo: “estoy seguro de que en medio de las cosas quizás feas –porque todos las tenemos, muchas cosas feas, en la vida– si hoy hacemos esto descubriremos la belleza del amor de Dios, la belleza de su misericordia, la belleza de la esperanza. Y estoy seguro de que todos nosotros estaremos llenos de alegría”.

miércoles, 5 de abril de 2017

PAPA FRANCISCO INVITA A ACEPTAR SUFRIMIENTOS COMO FORMA DE ESTAR EN COMUNIÓN CON DIOS


Papa Francisco invita a aceptar sufrimientos como forma de estar en comunión con Dios
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Lucía Ballester (ACI Prensa)



VATICANO, 05 Abr. 17 / 05:02 am (ACI).- “Cuando sufrimos por hacer el bien estamos en comunión con el Señor", aseguró el Papa Francisco en la catequesis de la Audiencia General del miércoles en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

Pocos días antes del comienzo de la Semana Santa, el Santo Padre quiso explicar el sentido del sufrimiento en el contexto de la esperanza cristiana. La enseñanza del Pontífice estuvo centrada en la meditación sobre la esperanza cristiana “Dar razón de la esperanza que está en nosotros”, de la primera epístola de San Pedro. 

“San Pedro afirma que ‘es mejor sufrir por hacer el bien que por hacer el mal’. Esto no quiere decir que sea bueno sufrir, pero que cuando sufrimos por hacer el bien, estamos en comunión con el Señor, el cual ha aceptado ser clavado en la cruz por nuestra salvación”, explicó el Obispo de Roma.

Francisco explicó el sentido de aceptar el sufrimiento como una forma de entregarse a los demás: “Cuando nosotros, en situaciones más pequeñas o más grandes en nuestra vida, aceptamos sufrir por el bien, es como si sembrásemos en torno a nosotros semillas de resurrección y de vida, y como si hiciésemos resplandecer en la oscuridad la luz de la Pascua”.

“Es por eso por lo que el Apóstol nos exhorta a responder siempre buscando el bien. La bendición no es una formalidad, no es sólo un signo de cortesía, sino un regalo grande que nosotros hemos recibido en primer lugar, y que tenemos la posibilidad de compartir con los hermanos. Es el anuncio del amor de Dios, un amor desmesurado que no se agota, que nunca va a menos, y que constituye el verdadero fundamento de nuestra esperanza”.

Esta carta de San Pedro “logra ofrecer gran consuelo y paz, haciendo percibir como el Señor está siempre a nuestro lado y no nos abandona nunca, sobre todo en los momentos más delicados y difíciles de nuestra vida”. 

“El secreto está en el hecho de que este escrito tiene sus raíces directamente en la Pascua, en el corazón del misterio que estamos por celebrar haciéndonos así percibir toda la luz y la alegría que surge de la muerte y la resurrección de Cristo”.

El Papa explicó que “Cristo resucitó realmente, está vivo y habita en cada uno de nosotros. Y por ello San Pedro nos invita con fuerza a adorarlo en nuestros corazones. En ellos, el Señor ha establecido su morada en el momento de nuestro Bautismo, y desde ese momento continúa renovando nuestra vida, colmándola de su amor y de la plenitud de su Espíritu”. 

Además, afirmó que “la esperanza no es un concepto, no es un sentimiento. Es una Persona. Es el Señor Jesús que reconocemos vivo y presente en nosotros y en nuestros hermanos. Comprendemos, entonces, que de esta esperanza no se tiene que tomar de forma teórica, con las palabras, sino con el testimonio de la vida”.

Esa forma de vivir la esperanza “debe estar en el interior de la comunidad cristiana, pero también de los que están fuera de ella. Si Cristo está vivo y habita en nosotros, en nuestro corazón, entonces debemos también permitir que se haga visible y que actúe en nosotros”.

“Esto significa –continuó– que el Señor Jesús debe inspirar cada vez más nuestro modelo de vida, y que nosotros debemos tratar de comportarnos como Él se comportó”.

Por lo tanto, “la esperanza que habita en nosotros no puede quedar oculta en nuestro interior, en nuestro corazón, sino que debe, necesariamente, transmitirse al de fuera, tomando la forma inconfundible de la dulzura, de la bondad con el prójimo, llegando tan lejos como para personar al que nos hace mal. Sí, porque así es como lo hizo Jesús, y como continúa a hacerlo por medio de aquellos que le han hecho espacio en el corazón y en su vida, en el conocimiento de que el mal no se vence con el mal, sino con la humildad, con la misericordia y con la dulzura”.

martes, 4 de abril de 2017

PAPA FRANCISCO:QUIEN NO MIRA SU CRUZ Y LA ACEPTA NO PUEDE SER SALVADO


Papa Francisco: Quien no mira su cruz y la acepta no puede ser salvado
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 04 Abr. 17 / 06:13 am (ACI).- El Papa Francisco hizo una reflexión sobre la Cruz y el uso que se le da, muchas veces sólo como un mero adorno, y pidió darle la importancia que merece porque solo se recibe la salvación aceptándola.

“La salvación solo viene de la Cruz, pero de esta Cruz que es Dios hecho carne. No hay salvación en las ideas, no hay salvación en la buena voluntad, en el querer ser buenos. No. La única salvación está en Cristo crucificado, porque solo Él, como la serpiente de bronce ha sido capaz de tomar todo el veneno del pecado que nos ha sanado ahí”.

“Pero, ¿qué es la cruz para nosotros?”, preguntó Francisco. “Sí, el símbolo de los cristianos, es el símbolo de los cristianos. Y nosotros hacemos la señal de la cruz, pero no siempre la hacemos bien, a veces hacemos así… Porque no tenemos esta fe en la cruz. Otras veces, para otras personas es un distintivo de pertenencia: ‘Sí, yo llevo la cruz como si fuese de un equipo, el logotipo de un equipo’”.

El Papa recordó la primera lectura del día: “Dios dice a Moisés: ‘Quien mire la serpiente será curado’. Jesús dice a sus enemigos: ‘Cuando veáis levantado al Hijo del hombre, entonces conoceréis’. Quien no mira la cruz, así, con fe, morirá en sus propios pecados, no recibirá la salvación”.

“Hoy la Iglesia nos propone un diálogo con este misterio de la cruz, con este Dios que se ha hecho pecado por amor a mí. Y que cada uno de nosotros pueda decir: ‘Por amor a mí’. Y podamos pensar. ‘¿cómo llevo yo la cruz?, ¿cómo un recuerdo? Cuando hago el signo de la cruz, ¿soy consciente de lo que hago?; ¿cómo llevo yo la cruz?, ¿Solo como un símbolo de pertenencia a un grupo religioso?, ¿cómo llevo yo la cruz?, ¿cómo un ornamento?, ¿cómo una joya con muchas piedras preciosas, de oro?’”.

“¿He aprendido a llevarla sobre mis hombros, donde hace daño? Que cada uno de nosotros mire el Crucifijo, mire a este Dios que se ha hecho pecado para que nosotros no muramos en nuestros pecados y responda a estas preguntan que os he sugerido.

“Morir en el propio pecado es alguno feo”, señaló el Papa al mencionar cómo el pueblo de Israel se encontraba en el desierto y no soportaba la travesía, por lo que “se aleja del Señor” y “habla de Moisés y del Señor”.

Llegan entonces unas serpientes que los muerden y provocan su muerte y Dios pide a Moisés que construya una serpiente de bronce y la levante para que todo aquel que haya sido mordido, al mirarla, sea sanado.

La serpiente “es símbolo del diablo”, “el padre de la mentira”, “el padre del pecado, el que ha hecho pecar a la humanidad”.

Y Jesús recuerda: “Cuando yo sea levantado en alto, todos vendrán a mí”. “La serpiente de bronce sanaba” pero “era signo de dos cosas: del pecado hecho de la serpiente, de la seducción de la serpiente, de la astucia de la serpiente; y también era señal de la cruz de Cristo. Era una profecía”. 

Lectura comentada por el Papa:

Números 21:4-9
4 Partieron de Hor de la Montaña, camino del mar de Suf, rodeando la tierra de Edom. El pueblo se impacientó por el camino.
5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable.»
6 Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel.
7 El pueblo fue a decirle a Moisés: «Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti. Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes,» Moisés intercedió por el pueblo.
8 Y dijo Yahveh a Moisés: «Hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.»
9 Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida.

sábado, 1 de abril de 2017

PAPA FRANCISCO RECIBE EN EL VATICANO A PARTICIPANTES DEL CONGRESO LUTERO 500 AÑOS DESPUÉS


El Papa recibe en el Vaticano a participantes del congreso “Lutero, 500 años después”
Foto: Lucía Ballester (ACI Prensa)




VATICANO, 31 Mar. 17 / 03:15 pm (ACI).- El Papa Francisco recibió esta mañana en el Vaticano a los participantes del congreso internacional de estudios “Lutero, 500 años después”, que se realizó en Roma del 29 al 31 de marzo, con motivo del V centenario de la reforma luterana.

En su discurso a los participantes, el Santo Padre expresó su beneplácito por el evento organizado por el Comité Pontificio de Ciencias Históricas y comentó que hasta “hace mucho tiempo un congreso de este tipo habría sido del todo impensable”.


Con esta iniciativa, dijo el Papa, es posible superar “las barreras” y transformar “los conflictos en oportunidades para el crecimiento en la comunión”.

Asimismo, resaltó ayuda a “superar ese clima de desconfianza mutua y de rivalidad que durante demasiado tiempo caracterizó en el pasado las relaciones entre católicos y protestantes”.

De este modo, continuó, estudiando con rigurosidad y sin prejuicios, los católicos y protestantes pueden “??distanciarse de los errores, las exageraciones y los fracasos, reconociendo los pecados que llevaron a la división”.

“Todos somos conscientes de que el pasado no se puede cambiar. Sin embargo, hoy, después de 50 años de diálogo ecuménico entre católicos y protestantes, es posible hacer una purificación de la memoria”.

Esto, señaló el Papa, “no consiste en realizar una corrección inactuable de lo que ocurrió hace quinientos años, sino en ‘contar esta historia de una manera diferente’, sin rastro alguno de aquel rencor por las heridas ocasionadas que distorsiona la visión que tenemos los unos de los otros”.

Francisco alentó luego a derribar los prejuicios y exhortó “a invocar juntos de Dios el don de la reconciliación y de la unidad”.

“Mientras acompaño con la oración vuestro valioso trabajo de investigación histórica, invoco sobre todos vosotros la bendición de Dios Todopoderoso y Misericordioso. Y os pido, por favor, que recéis por mí. ¡Que Dios nos bendiga a todos!”, concluyó.

jueves, 30 de marzo de 2017

HE DEFRAUDADO AL SEÑOR? PAPA FRANCISCO NOS PREGUNTA


Papa Francisco invita a preguntarse en Cuaresma: ¿He defraudado en algo al Señor?
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 30 Mar. 17 / 04:47 am (ACI).- En la homilía del Papa Francisco en la Misa de Santa Marta, el Papa Francisco pidió a los fieles preguntarse si han defraudado a Dios y si son esclavos de algunos ídolos que lo alejan de Él.

Las palabras del Santo Padre se centraron en esta ocasión en el “sueño y la desilusión de Dios” y al comentar la lectura del Libro del Éxodo recordó que el pueblo le “traiciona” y así Dios “comienza a sentirse defraudado”.

Se trata del pasaje de la Biblia en el que Dios llama a Moisés para entregarle las Tablas de la Ley, pero mientras, el pueblo “no tuvo paciencia” y fabrica un becerro de oro. Un dios “para divertirse” con el que se “olvidaron de Dios que los salvaba”.

“Olvidar a Dios que nos ha creado, que nos ha hecho crecer, que nos ha acompañado en la vida: esta es la desilusión de Dios. Y muchas veces en el Evangelio, Jesús en las parábolas, habla de aquel hombre que planta una viña y después falla, porque los operarios la quieren para ellos”.

“¡En el corazón del hombre siempre existe esta inquietud!”, exclamó. “No está satisfecho de Dios, del amor fiel. El corazón del hombre está siempre dirigido a la infidelidad. Y esta es la tentación”, añadió.

Dios, “por medio de un profeta, reprobará a este pueblo” que “no es constante, no sabe esperar, se ha pervertido”.

“Dios se desilusiona: la infidelidad del pueblo. Y también nosotros somos pueblo de Dios y conocemos bien como es nuestro corazón y cada día tenemos que retomar el camino para no irnos lentamente hacia los ídolos, hacia las fantasías, hacia la mundanidad, hacia la infidelidad”.

“Creo que hoy nos hará bien pensar en el Señor defraudado: ‘Dime Señor, ¿te sientes defraudado por mí?’. Seguro que en algo sí, pero pensad y haceros esta pregunta”, dijo en la homilía.

Sin embargo, Dios “tiene un corazón tierno, un corazón de padre”. Por ello, invitó a pensar “si Dios llora por mi” y “si yo me he alejado del Señor”.

“¿Cuántos ídolos tengo que no soy capaz de quitarme de encima y que me esclavizan? Esa idolatría que tenemos dentro. Y Dios llora por mí”.

“Pensemos hoy en esta desilusión de Dios que nos ha hecho para el amor y sin embargo nosotros vamos a buscar amor, bienestar, pasarlo bien en otros lugares y no en Su amor”, pidió.

“Si nos alejamos de este amor que nos ha criado. Y este es un pensamiento de Cuaresma. Nos hará bien. Y esto hacerlo todos los días; un pequeño examen de conciencia: ‘Señor, sabes que has tenido muchos sueños sobre mí, yo sé que me he alejado, pero dime dónde, cómo, para regresar’. Y la sorpresa será que Él siempre nos espera, como el padre del hijo pródigo, que lo vio venir desde lejos porque lo esperaba”.

Lectura comentadas por el Papa: 

Primera lectura

Éxodo 32:7-14
7 Entonces habló Yahveh a Moisés, y dijo: «¡Anda, baja! Porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, ha pecado.
8 Bien pronto se han apartado el camino que yo les había prescrito. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante él; le han ofrecido sacrificios y han dicho: "Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto."»
9 Y dijo Yahveh a Moisés: «Ya veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz.
10 Déjame ahora que se encienda mi ira contra ellos y los devore; de ti, en cambio, haré un gran pueblo.»
11 Pero Moisés trató de aplacar a Yahveh su Dios, diciendo: "¿Por qué, oh Yahveh, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, el que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y mano fuerte?
12 ¿Van a poder decir los egipcios: Por malicia los ha sacado, para matarlos en las montañas y exterminarlos de la faz de la tierra? Abandona el ardor de tu cólera y renuncia a lanzar el mal contra tu pueblo.
13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, siervos tuyos, a los cuales juraste por ti mismo: Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; toda esta tierra que os tengo prometida, la daré a vuestros descendientes, y ellos la poseerán como herencia para siempre.»
14 Y Yahveh renunció a lanzar el mal con que había amenazado a su pueblo.

miércoles, 29 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO INVITA A CREER EN DIOS PARA SALIR DE LA DESESPERACIÓN Y LA MUERTE


Papa Francisco invita a creer en Dios para salir de la desesperación y la muerte
Por Álvaro de Juana
Foto: Lucía Ballester / ACI Prensa





VATICANO, 29 Mar. 17 / 03:46 am (ACI).- En la catequesis de este miércoles en la Audiencia General, el Papa Francisco recordó la figura de Abraham, “Padre de la fe”, que creyó contra toda esperanza, se fió y descubrió que Dios hace salir de la desesperación.

Abraham también “es padre en la esperanza y esto porque en su historia podemos ya acoger el anuncio de la resurrección, de la vida nueva que vence el mal y la misma muerte”.

“El Dios que se revela a Abraham es el Dios que salva, el Dios que hace salir de la desesperación y de la muerte, el Dios que llama a la vida. En la historia de Abraham todo se convierte en un himno al Dios que libera y regenera, todo se convierte en profecía”.

El Papa comentó la carta de San Pablo a los Romanos en la que dice que Abraham “apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza”, dado que Dios le había prometido descendencia a pesar de que ya era anciano y su mujer estéril.  “En este punto, Pablo nos ayuda a probar a fuego la unión estrechísima entre la fe y la esperanza”, añadió.

“Nuestra esperanza no se rige por razonamientos, previsiones y reaseguraciones humanas, y se manifiesta allí donde no hay esperanza, donde no hay nada en lo que esperar, como sucede al mismo Abraham frente a su muerte inminente y la esterilidad de su mujer Sara”.

Francisco aseguró que “la esperanza se radica en la fe y es por eso que es capaz de ir más allá de toda esperanza. Sí, porque no se basa en nuestra palabra, sino en la Palabra de Dios”.

“En este sentido estamos llamados a seguir el ejemplo de Abraham, el cual, puesto frente a la evidencia de una realidad que parece destinada a la muerte, se fía de Dios”.

“Una esperanza basada en una promesa que desde el punto de vista humano parece incierta e imprevisible, pero que no viene a menos ni si quiera frente a la muerte, cuando el que lo promete es el Dios de la Resurrección y de la vida”.

El Santo Padre concluyó pidiendo a Dios “la gracia de basarnos no tanto en nuestras seguridades, en nuestras capacidades, sino en la esperanza que viene de la promesa de Dios, como verdaderos hijos de Abraham”. Así “nuestra vida asumirá una nueva luz, en la conciencia de que Aquél que ha resucitado a su Hijo nos resucitará también a nosotros y nos hará de verdad una sola cosa con Él, junto a todos nuestros hermanos en la fe”.

martes, 28 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO: VIVES TRISTE, AMARGADO Y LAMENTÁNDOTE SIEMPRE?


¿Vives triste, amargado y lamentándote siempre? Esto es lo que te dice Papa Francisco
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 28 Mar. 17 / 04:55 am (ACI).- Al comentar el Evangelio de día en el que Jesús cura a un paralítico, el Papa Francisco dijo que hay mucha gente que vive siempre triste, lamentándose de todo y afectada por la desgana, pero si quieren “sanar” solo tiene que escuchar a Jesús.

En la Misa matutina de Santa Marta, explicó que Jesús le pregunta al enfermo “¿quieres curarte?”. “Es bonito que Jesús siempre nos dice esto a nosotros: ‘¿quieres sanar?, ¿quieres ser feliz? ¿quieres mejorar tu vida?, ¿quieres estar lleno del Espíritu Santo?, ¿quieres sanar?’. Es palabra de Jesús. todos lo que estaban allí, enfermos, ciegos, cojos, paralíticos habrían dicho: ‘Sí, Señor, ¡Sí!’”.

“Pero este es un hombre extraño, y le responde a Jesús: ‘Señor, no tengo nadie que me meta en la piscina cuando el agua se agita y cuando yo voy a ella otro se adelanta y desciende a ella’. La respuesta es un lamento: ‘Mira Señor, que feo, que injusta ha sido la vida conmigo. Todos los otros pueden ir y curarse y yo desde hace 38 años lo busco y nada’”.

El Papa explicó que “este hombre era como el árbol plantado en las corrientes de agua, del que habla el primer salmo, ‘pero tenía las raíces secas’ y ‘esas raíces no llegaban al agua, no podía tomar la salud del agua’”.

“Esto se entiende por la actitud, los lamentos y por buscar siempre echar la culpa al otro: ‘Pero son los otros quienes van antes que yo, soy un pobrecito de 38 años’. Esto es un pecado muy feo, el pecado de la pereza. Este hombre estaba enfermo no tanto por la parálisis sino por la pereza, que es peor que tener el corazón tibio, todavía peor”.

“Es vivir porque vivo, pero sin querer seguir adelante, no tener deseos de hacer algo en la vida, haber perdido la memoria de la alegría. Este hombre ni siquiera conocía la alegría de nombre, la había perdido. Este es el pecado. Es una enfermedad fea: ‘Estoy cómodo así, me he acostumbrado. La vida ha sido injusta conmigo’. Y se ve el resentimiento, la amargura del corazón”.

Entonces Jesús le dice: “Levántate, toma tu camilla y camina”. Así es como el paralítico se cura, pero al ser sábado los doctores de la Ley le dicen a Jesús que no es lícito llevar la camilla: “Va en contra de las normas, no es de Dios ese hombre”.

El paralítico “se levantó con esa desgana” que hace “vivir porque es gratis el oxígeno”, hace “vivir siempre mirando a los otros que son más felices que yo” y si está “en la tristeza”, se olvida la alegría.

“La desidia –continuó– el Papa, es un pecado que paraliza, nos hace paralíticos. No nos deja caminar. También hoy el Señor nos mira a cada uno de nosotros, todos tenemos pecados, todos somos pecadores, pero mirando este pecado” dice “levántate”.

“Hoy el Señor a cada uno de nosotros nos dice: ‘Levántate, toma tu vida como sea, bonita, fea, como sea, tómala y ve adelante. No tengas miedo, ve adelante con tu camilla’. ‘Pero Señor, no es el último modelo de camilla’. ¡Ve hacia delante! ¡Con esa camilla fea, quizás, pero ve adelante! Es tu vida, es tu alegría. ‘¿Quieres curarte?’, es la primera pregunta que nos hace hoy el Señor. ‘Sí, Señor’. ‘Levántate’. Y en la antífona al comienzo de la Misa hemos escuchado ese inicio tan bonito: ‘Vosotros que tenéis sed venid a las aguas –es un agua gratis, que no se paga–. Saciaréis vuestra sed con alegría’.

“Si decimos al Señor ‘Sí, quiero sanar. Sí, Señor, ayúdame que quiero levantarme’, sabremos cómo es la alegría de la salvación”. 

Lecturas comentadas por el Papa:

Primera lectura
Ezequiel 47:1-9, 12

1 Me llevó a la entrada de la Casa, y he aquí que debajo del umnbral de la Casa salía agua, en dirección a oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia oriente. El agua bajaba de debajo del lado derecho de la Casa, al sur del altar.
2 Luego me hizo salir por el pórtico septentrional y dar la vuelta por el exterior, hasta el pórtico exterior que miraba hacia oriente, y he aquí que el agua fluía del lado derecho.
3 El hombre salió hacia oriente con la cuerda que tenía en la mano, midió mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta los tobillos.
4 Midió otros mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta las rodillas. Midió mil más y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta la cintura.
5 Midió otros mil: era ya un torrente que no pude atravesar, porque el agua había crecido hasta hacerse un agua de pasar a nado, un torrente que no se podía atravesar.
6 Entonces me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre?» Me condujo, y luego me hizo volver a la orilla del torrente.
7 Y a volver vi que a la orilla del torrente había gran cantidad de árboles, a ambos lados.
8 Me dijo: «Esta agua sale hacia la región oriental, baja a la Arabá, desemboca en el mar, en el agua hedionda, y el agua queda saneada.
9 Por dondequiera que pase el torrente, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Los peces serán muy abundantes, porque allí donde penetra esta agua lo sanea todo, y la vida prospera en todas partes adonde llega el torrente.
12 A orillas del torrente, a una y otra margen, crecerán toda clase de árboles frutales cuyo follaje no se marchitará y cuyos frutos no se agotarán: producirán todos los meses frutos nuevos, porque esta agua viene del santuario. Sus frutos servirán de alimento, y sus hojas de medicina.»

Salmo responsorial
Salmo 46:2-3, 5-6, 8-9

2 Dios es para nosotros refugio y fortaleza, un socorro en la angustia siempre a punto.
3 Por eso no tememos si se altera la tierra, si los montes se conmueven en el fondo de los mares,
5 ¡Un río! Sus brazos recrean la ciudad de Dios, santificando las moradas del Altísimo.
6 Dios está en medio de ella, no será conmovida, Dios la socorre al llegar la mañana.
8 ¡Con nosotros Yahveh Sebaot, baluarte para nosotros, el Dios de Jacob!
9 Venid a contemplar los prodigios de Yahveh, el que llena la tierra de estupores.

Evangelio
Juan 5:1-16

1 Después de esto, hubo una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
2 Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos.
3 En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua.
4 Porque el Angel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera.
5 Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
6 Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres curarte?»
7 Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo.»
8 Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda.»
9 Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar. Pero era sábado aquel día.
10 Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es sábado y no te está permitido llevar la camilla.»
11 El le respondió: «El que me ha curado me ha dicho: Toma tu camilla y anda.»
12 Ellos le preguntaron: «¿Quién es el hombre que te ha dicho: Tómala y anda?»
13 Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar.
14 Más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor.»
15 El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado.
16 Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.

domingo, 26 de marzo de 2017

CÓMO CRECER EN AMISTAD CON JESÚS? PAPA FRANCISCO PROPONE 3 CLAVES


¿Cómo crecer en amistad con Jesús? El Papa propone 3 claves y un hilo conductor
Por Walter Sánchez Silva



MILÁN, 25 Mar. 17 / 01:30 pm (ACI).- En medio de un gran ambiente de fiesta en el encuentro que sostuvo con unos 45 mil confirmandos, que estaban acompañados por sus padres, padrinos y catequistas, el Papa Francisco propuso este sábado en Milán tres claves para crecer en la amistad con Jesús, que están unidas por un hilo conductor que es la oración.

Las claves que propuso el Papa son las siguientes:


1.- Los abuelos
El Papa insistió una vez más en la necesidad de contar en la vida cotidiana con los abuelos, pues a pesar de que “son viejos” o “no saben usar la computadora ni el celular”, sí pueden ayudar a crecer en la amistad con Jesús.

“Los abuelos me han hablado normalmente de las cosas de la vida. Un abuelo me ha enseñado como con trabajo Jesús aprendió un oficio. Cuando yo veía a un abuelo, pensaba en Jesús. El otro abuelo me decía que nunca fuera a dormir sin decir una palabra a Jesús”.

“La abuela me enseñó a rezar, también mamá, también la otra abuela”, continuó el Santo Padre. “Los abuelos tienen la sabiduría de la vida. Con esa sabiduría nos enseñan a ir más cerca de Jesús. Un consejo, hablen con los abuelos, háganles todas las preguntas que quieren. Escúchenlos, hablen con ellos. Es importante en este tiempo hacerlo, ¿han entendido?

2.- Jugar con los amigos
“Me ayudó mucho jugar con los amigos porque jugar es bueno, jugar es sentir la alegría del juego con los amigos, sin insultarnos. Pensar que así jugaba Jesús. Les pregunto, ¿Jesús jugaba o no? Pero era Dios, ¿Dios podía jugar? Sí, Jesús jugaba”.

Francisco resaltó que “a nosotros nos hace bien jugar con los amigos porque cuando el juego es limpio se aprende a respetar a los otros, se aprende a hacer el equipo, a trabajar todos juntos y esto nos une a Jesús”.

3.- La parroquia
“Una tercera cosa que me ayudó fue la parroquia, ir al oratorio. Esto es importante. ¿A ustedes les gusta ir a la parroquia? ¿Les gustar ir a misa?”, cuestionó el Papa, a lo que los muchachos respondieron algunos “sí” y otros “no”.

“Estas tres cosas les harán crecer en la amistad con Jesús: hablar con los abuelos, jugar con los amigos e ir a la parroquia, porque con estas tres cosas tú rezarás más”.

Y la oración, concluyó el Santo Padre, “es el hilo que une las tres cosas”.

viernes, 24 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO ENVÍA AYUDA ECONÓMICA A LOS DAMNIFICADOS DE PERÚ


El Papa Francisco envía ayuda económica a los damnificados de Perú
 ACI Prensa (Fotografía: Daniel Ibañez)




VATICANO, 24 Mar. 17 / 11:56 am (ACI).- El Papa Francisco, quien oró por el Perú en el Ángelus del pasado domingo en Roma, envió como expresión de cariño y cercanía a los damnificados de las lluvias e inundaciones una ayuda económica de 100.000 dólares.

El dinero, proveniente del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, será entregado en la brevedad a la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), y ésta a su vez la destinará a Cáritas del Perú.

“Con este significativo gesto de preocupación paternal, el Papa Francisco acompaña el dolor de miles de hermanos que sufren a consecuencia de los embates de la naturaleza”, apuntó la CEP.

Asimismo, los obispos indicaron que “el compromiso de la Iglesia Católica en este difícil momento se está expresando con el servicio que brindan las parroquias de las diócesis afectadas y con la solidaridad de la Colecta Nacional que la Conferencia Episcopal ha pedido a todos los católicos del Perú”.

Finalmente, la CEC agradeció al Papa Francisco “por su oración y por su gesto de cercanía efectiva para con los que sufren y necesitan de nuestra solidaridad” a nombre de todos los peruanos y especialmente de los damnificados.

A la fecha, 84 personas han fallecido y otras 111.098 han quedado damnificadas según el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN).


jueves, 23 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO: EL CATÓLICO QUE OLVIDA LA PALABRA DE DIOS SE VUELVE UN CATÓLICO ATEO


El católico que olvida la Palabra de Dios se vuelve un católico ateo, advierte el Papa
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 23 Mar. 17 / 06:03 am (ACI).- En la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta el jueves, el Papa Francisco advirtió del peligro que corren los católicos que dan la espalda a la Palabra de Dios. “Pueden perder el sentido de la fidelidad y convertirse en católicos paganos, en católicos ateos”.

“Cuando no nos paramos a escuchar la voz del Señor terminamos por alejarnos, nos alejamos de Él, le damos la espalda. Y si no escuchamos la voz del Señor, escuchamos otras voces”. “Nos volvemos sordos, sordos a la Palabra de Dios”, explicó.


Por ello, el Santo Padre invitó a “detenemos un poco y mirar hacia nuestro corazón. Veremos cuántas veces tenemos cerrados los oídos y cuántas veces nos volvemos sordos”.

El Pontífice subrayó la importancia de identificar ese problema en el alma de cada uno, para evitar terminar dando la espalda a Dios y caer en la idolatría. “Cuando un pueblo, una comunidad, también una comunidad cristiana, una parroquia, una diócesis, cierra los oídos y se vuelve sorda a la Palabra del Señor, busca otras voces, otros señores y va a terminar con los ídolos, los ídolos del mundo, de la mundanidad, que la sociedad ofrece. Se aleja del Dios vivo”.

En definitiva, “el corazón se vuelve más duro, más cerrado en sí mismo. Duro e incapaz de recibir nada”.

“Estas dos cosas, no escuchar la Palabra de Dios y tener el corazón endurecido y cerrado en sí mismo, nos hacen cerrarnos a la fidelidad. Se pierde el sentido de la fidelidad”.

Como consecuencia, “nos convertimos en católicos infieles, en católicos paganos o, todavía peor, en católicos ateos, porque no tenemos como referencia de amor al Dios viviente. No escuchar y dar la espalda a Dios nos lleva por el camino de la infidelidad”.

“Esa infidelidad, ¿cómo se llena? Se llena de una forma de confusión, no se sabe dónde está Dios o dónde no está, se confunde a Dios con el diablo”. Puso como ejemplo de ello el pasaje del Evangelio en el que “a Jesús, que hace milagros, que hace tantas cosas por la salvación de las personas, le dicen: ‘Y esto lo hace porque es un hijo del diablo. Lo hace por el poder de Belzebú”.

“Esa es la blasfemia –continuó Francisco–. La blasfemia es la palabra final de ese proceso que comienza con no escuchar, que endurece el corazón, que lleva a la confusión, que te hace olvidar la fidelidad y, finalmente, lleva a la blasfemia”.

Por ello, el Papa invitó a coger una Biblia y preguntarse: “¿Me está hablando a mí? ¿Mi corazón se ha endurecido? ¿Me he alejado del Señor? ¿He perdido la fidelidad al Señor y vivo con los ídolos que me ofrece la mundanidad de cada día?”.

miércoles, 22 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO: CRISTO ES EL HERMANO FUERTE QUE SE PREOCUPA POR NOSOTROS


Papa Francisco: Cristo es el hermano fuerte que se preocupa por nosotros
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Lucía Ballester





VATICANO, 22 Mar. 17 / 05:25 am (ACI).- El Papa Francisco afirmó que los fuertes deben proteger a los débiles siguiendo el ejemplo de Cristo, que es “el hermano fuerte que se preocupa por cada uno de nosotros”.

En la catequesis de la Audiencia General del miércoles, el Santo Padre continuó desgranando las cartas de San Pablo en las cuales el Apóstol explica en qué consiste la esperanza cristiana.

Francisco reflexionó sobre las palabras del Apóstol cuando dice que “nosotros, que somos fuertes, tenemos el deber de llevar la enfermedad de los débiles, sin preocuparnos por nosotros mismos”.

“Esta expresión, ‘nosotros que somos fuertes’ –explicó el Pontífice–, puede parecer presuntuosa, pero en la lógica del Evangelio sabemos que no es así. Es justo lo contrario, porque nuestra fuerza no viene de nosotros, sino del Señor”.

“Quien experimenta en la propia vida el amor fiel de Dios y su consuelo, está más bien obligado a permanecer cerca de los hermanos más débiles y a hacerse cargo de su fragilidad. Y debe hacerlo sin satisfacción de sí mismo, más bien sintiéndose simplemente como un canal que transmite el don del Señor; y así se convierte en un sembrador de esperanza”.

Francisco señaló que “si permanecemos cercanos al Señor tendremos la necesaria fortaleza para permanecer cercanos a los más débiles, a los más necesitados, y consolarles y darles fuerza. Y con esa fuerza, Dios nos pide ser sembradores de esperanza”.

Sin embargo, el Obispo de Roma negó que San Pablo esté hablando de “cristianos de primera” y “cristianos de segunda”.

“El fruto de este estilo de vida no es una comunidad en la que algunos sean de ‘serie A’, esto es, los fuertes, y otros de ‘serie B’, es decir, los débiles”. De hecho, Francisco recordó que, “también el ‘fuerte’ se encontrará, antes o después, en una situación de fragilidad, y necesitará el consuelo de los otros; y viceversa, en la debilidad se puede siempre ofrecer una sonrisa o una mano tendida al hermano en dificultad”.

“Todo esto es posible si se pone en el centro a Cristo y su Palabra. Porque Él es el fuerte, Él es el que te da la fortaleza, la paciencia, la esperanza, el consuelo. Él es el hermano fuerte que se preocupa por cada uno de nosotros”.

“Perseverancia” y “consuelo” son los dos puntos centrales del fragmento de la Carta de San Pablo a los Romanos. “¿Cuál es su significado más profundo, más verdadero? ¿Y en qué modo alumbran la realidad de la esperanza?”, se preguntó.

“Podemos definir la perseverancia como la paciencia: es la capacidad de soportar, de permanecer fieles, incluso cuando el peso que debemos soportar parece demasiado grande, insostenible, y estamos tentados de juzgar negativamente y de abandonar todo y a todos”.

“El consuelo, por otro lado, es la gracia de saber tomar y mostrar en cada situación, incluso en aquellas más marcadas por la desilusión y el sufrimiento, la presencia y la acción compasiva de Dios”.

En este sentido, “San Pablo nos recuerda que la perseverancia y el consuelo se nos transmiten de forma especial en la Escritura, en la Biblia. De hecho, la Palabra de Dios, en primer lugar, nos lleva a querer la mirada de Jesús, a conocer mejor a Jesús y a recibirle, a parecernos siempre más a Él”.

“En segundo lugar, la Palabra nos revela que el Señor es de verdad ‘el Dios de la perseverancia y del consuelo’, que permanece siempre fiel a su amor por nosotros y que se preocupa por nosotros, recubriendo nuestras heridas con la caricia de su bondad y de su misericordia”.

“Dios no se cansa de amarnos. Es perseverante. Siempre nos ama. Nos consuela. No se cansa de consolarlos”, concluyó.

martes, 21 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO: EL CONFESIONARIO NO ES UNA LAVANDERÍA, HAY QUE SENTIR VERGUENZA


Papa Francisco: El confesionario no es una lavandería, hay que sentir vergüenza
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano





VATICANO, 21 Mar. 17 / 05:55 am (ACI).- “El confesionario no es una lavandería para limpiar las manchas de la conciencia. Al confesarse hay que sentir vergüenza de los pecados”, dijo el Papa Francisco en la Misa del martes en la Casa Santa Marta, en el Vaticano.

El perdón “es un misterio difícil de entender”, señaló, y destacó que la vergüenza del pecado y el arrepentimiento del pecador pueden ayudar a ser más receptivo al perdón de Dios.

En este sentido, Francisco defendió que el primer paso para una correcta confesión es la vergüenza del propio pecador:


“Si yo pregunto: ‘Pero, ¿todos vosotros sois pecadores?’. ‘Sí, padre. Todos’. ‘¿Y qué hacéis para obtener el perdón de los pecados?’. ‘Nos confesamos’. ‘¿Y cómo vais a confesaros?’. ‘Voy, digo mis pecados, el sacerdote me perdona, me dice que rece tres Avemarías y después me voy en paz’. ¡Pues entonces no has entendido!”.

Esa actitud, advirtió el Obispo de Roma, entraña una profunda hipocresía, “la hipocresía de robar un perdón, un perdón que es falso”.

El Pontífice insistió en que sin sentir vergüenza, ir al confesionario es como ir a “hacer una operación bancaria, a hacer un trabajo de oficina”. “No te has sentido avergonzado de aquello que has hecho. Has visto alguna mancha en tu conciencia y has creído que el confesionario es una tintorería para limpiar las manchas. Has sido incapaz de sentir vergüenza de tus pecados”.

Además, exhortó a creerse que en la confesión, Dios realmente perdona los pecados, porque “si tú no tienes conciencia de haber sido perdonado, nunca podrás perdonar. Nunca. Siempre existe esa actitud de querer pedir cuentas a los demás”.

“El perdón es total. Pero sólo puede hacerse real si siento mi pecado, si me avergüenzo, si tengo vergüenza y pido perdón a Dios, y me siento perdonado por el Padre. De ese modo puedo perdonar. Si no, no se puede perdonar, somos incapaces de ello. Por eso, el perdón es un misterio”.

El Papa finalizó la homilía pidiendo “la gracia de la vergüenza delante de Dios. ¡Es una gran gracia! Avergonzarnos de nuestros propios pecados y, de esa forma, recibir el perdón y la gracia de la generosidad para dar ese perdón a los demás. Si el Señor me ha perdonado tanto, ¿quién soy yo para no perdonar?”.

sábado, 18 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO: EL DIABLO JAMÁS DEJA DE TENTARNOS. CUIDA TU CORAZÓN


Papa Francisco: El diablo jamás deja de tentarnos. Cuida tu corazón
Redacción: Qriswell J. Quero




Papa Francisco: Es necesario custodiar nuestro corazón donde habita el Espíritu Santo para que no entren los demás espíritus.  


El Papa Francisco nos vive recordando siempre algo que es muy cierto y que todo cristiano debe practicar con frecuencia y, que a veces, por no organizarnos bien en el tiempo, le restamos la debida importancia: El examen de Conciencia, una práctica muy antigua que practicaban con frecuencia los primeros cristianos para estar vigilantes ante las tentaciones y que hoy por hoy, lo podemos comprobar al asistir a la Santa Misa que, más larga es la fila para hacer la comunión que los que se confiesan ese día.

Reflexión del Papa Francisco

1.- El diablo jamás se aleja

Partiendo del Evangelio del día, en que se nos dice que el diablo jamás deja de tentarnos, porque tiene paciencia, y no deja lo que quiere para sí, nuestra alma.

Después de las tentaciones, en el desierto, cuando Jesús fue tentado por el diablo, en la versión de Lucas se dice que el demonio lo dejó por un tiempo, pero durante la vida de Jesús volvía y volvía: cuando lo ponían a prueba, cuando le tendían trampas, en la Pasión, hasta en la Cruz. "Pero si Tú eres el Hijo de Dios, ven, ven con nosotros, así nosotros podemos creer". Y todos nosotros sabemos que esta palabra toca el corazón: "¿Pero tú eres capaz? ¡Házmelo ver! No, no eres capaz". Como el diablo hizo hasta el final con Jesús. Y así con nosotros.

2.- Ser vigilantes, custodios de nuestro corazón

"Es necesario custodiar nuestro corazón donde habita el Espíritu Santo para que no entren los demás espíritus."

Custodiar el corazón, como se custodia una casa, con llave. Y después, vigilar sobre el corazón, como un centinela: "Cuántas veces entran los malos pensamientos, las malas intenciones, los celos, las envidias. Tantas cosas, que entran. ¿Pero quién ha abierto aquella puerta? ¿Por dónde han entrado? Si yo no me doy cuenta de cuanto entra en mi corazón, mi corazón se convierte en una plaza, donde todos van y vienen. Un corazón sin intimidad, un corazón donde el Señor no puede hablar y ni siquiera ser escuchado.

3.- El examen de conciencia en cada anochecer

Y Jesús dice otra cosa allí, ¿no?, que parece un poco extraña: "Quien no recoge conmigo, desparrama." Usa la palabra "recoger". Tener un corazón recogido, un corazón sobre el cual nosotros sabemos qué cosa sucede, y aquí y allá se puede hacer la práctica tan antigua de la Iglesia, pero buena: el examen de conciencia. ¿Quién de nosotros, a la noche, antes de terminar la jornada, permanece solo, sola, y se hace la pregunta: qué cosa ha sucedido hoy en mi corazón? ¿Qué cosa ha sucedido? ¿Qué cosas han pasado a través de mi corazón? Si no lo hacemos, verdaderamente no sabemos vigilar bien ni custodiar bien”.

El examen de conciencia es una gracia, porque custodiar nuestro corazón es custodiar el Espírito Santo, que está dentro de nosotros.

Nosotros sabemos, Jesús habla claramente, que los diablos vuelven, siempre. También al final de la vida, Jesús nos da el ejemplo de esto. Y para custodiar, para vigilar, para que no entren los demonios, es necesario saber recogerse, es decir, entrar en silencio ante sí mismos y ante Dios, y al final de la jornada preguntarse:

¿Qué cosa ha sucedido hoy en mi corazón?
¿Ha entrado alguien que no conozco?
¿La llave está en su lugar?’.
Y esto nos ayudará a defendernos de tantas maldades, incluso de las que nosotros podemos hacer, si entran estos demonios, que son muy astutos, y al final nos estafan a todos.
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